miércoles, 28 de octubre de 2009

La hora de los testigos

EL JUICIO A LUCIANO MENENDEZ

–¿Es posible que su hermano se haya escapado con una mujer? –insistían los miembros del Departamento de Informaciones de la policía de Córdoba.
–¿Por qué me siguen haciendo esa pregunta si lo tienen ustedes? –respondía una y otra vez Armando Albareda, integrante de la misma fuerza y hermano del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, secuestrado, torturado y asesinado por miembros del D2 cuando descubrieron que militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. El diálogo tuvo lugar a fines de 1979 en el marco del sumario labrado para simular investigar el paradero de Albareda y lo recordó ayer su hermano Armando, quien declaró durante la primera audiencia de testimoniales en el juicio oral y público al condenado Luciano Benjamín Menéndez y a cinco ex miembros del D2.
También prestaron testimonio la viuda de la víctima, Susana Montoya, y otro de sus hermanos. El ex policía Ernesto Enrique Albareda confesó que desde el momento de los hechos hasta estos días siente “miedo” por lo que pueda sucederle a él y a su familia.
Armando Albareda recordó que lo citaron varias veces a la sede del D2 para formularle las mismas preguntas. Cuando volvió a su puesto luego de acusar a sus interrogadores, su superior Francisco Alejandro Agresta le recriminó “¿Gallego, qué hiciste? ¿Qué fuiste a decir a Informaciones? ¿Querés que nos maten a todos?”. Dijo también que tras la desaparición se presentó personal policial en su vivienda para preguntarle por el paradero de Ricardo, y que luego realizaron falsos operativos de rastrillaje.
El ex policía declaró que su madre buscó hasta el final a su hijo: “Ella intentó tener contacto con (Luciano Benjamín) Menéndez, dirigiéndose al cuartel donde él se refugiaba. Se presentaba a las siete de la mañana y aguardaba hasta las 14. Lo hizo todos los días, hasta que la salud no se lo permitió más”.
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